Perdón I

No es posible levantar el vuelo si el rencor te mantiene anclado al suelo. 

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Perdón (Primera parte)

Todo ser humano ha recibido ofensas de otros, ante las que existe como desviación el rencor el cual consiste en un enojo que perdura en el tiempo, asociado al anhelo de tener la satisfacción de causarle daño a quien se considera el causante de la supuesta ofensa o daño recibido.

 Como el rencoroso rumia su malestar casi todo el tiempo, mantiene su mente y cuerpo en elevados niveles de tensión que deterioran su salud y debilitan su organismo.

-       El rencor acorta la vida.

 Con esto, en lugar de causarle el anhelado daño al ofensor, se lo hace a sí mismo.

-       Guardar rencor es como:

o   Tomar una copa de veneno con la intención de que el ofensor sea el que muera.

o   Agarrar un carbón caliente con la mano desnuda con la idea de arrojárselo a alguien.

o   Prenderse fuego y esperar que el odiado muera del humo que inhale.

o   Dejar a quien odias vivir dentro de tu cabeza.

 También se afectan sus relaciones con los demás ya que con frecuencia canaliza el malestar que lo inunda contra quienes lo ayudan y no tienen nada que ver con la supuesta ofensa, por lo que se aísla.

-       Ofendiendo y maltratando solos nos vamos quedando.

 Por lo general su rostro es contraído, lo que tiende a alejar a los demás que se sienten incómodos al sentir que esa expresión facial de molestia es con ellos.

-       Un rostro tenso de los demás te aleja.

 Como los sentimientos predominantes del rencoroso son de malestar por el recuerdo de la supuesta ofensa y el deseo no cumplido de venganza, esto es lo que constantemente expresa con asperezas y hostilidades. Y esta destilación permanente del sufrimiento que lo consume afecta su capacidad para amar y generar en otros sentimientos recíprocos de amor, con lo cual aleja de sí su propia felicidad.

-       Si quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena.

-       Poca hiel hace amarga mucha miel. 

-       Si siembras espinas no esperes mango.

-       Asperezas traen asperezas.

 El rencoroso en lugar de estar enfocado a edificar su vida y disfrutarla, se dedica a una venganza cuya oportunidad para concretarse puede que nunca se materialice, y en caso de consumarse el desquite, es probable que quede un gran vacío en su vida, por lo que de cualquier manera el rencor es un camino equivocado.

-       Hay que estar dispuesto a abandonar rutas falsas.

-       Si tomas un mal camino, no esperes un buen destino.

 Es una forma de vivir anclado a un pasado que no va a cambiar, lo cual impide proyectarse creativamente hacia el futuro.

-       No podrás levantar el vuelo mientras el rencor te mantenga pegado al suelo.

-       Si no sueltas el pasado, ¿con qué mano agarras al futuro?

 Es además un sinsentido ya que mientras el rencoroso se mantiene sufriendo, puede que la persona a quien desea dañar esté disfrutando.

-       El rencoroso sufre en lo que el odiado goza.

 El malestar mantenido afecta considerablemente la capacidad para disfrutar de la vida, y aun los placeres que se da van a estar teñidos de sufrimiento.

-       El enojo mantenido se convierte en amargura.

 Y todo esto trae como consecuencia que se sea extraordinariamente infeliz.

-       Con rencor solo se consigue infelicidad.

 Por lo general, el rencoroso exige en los demás una perfección que él mismo no tiene, y que nadie puede tener, por lo que se aísla socialmente.

-       En aguas de extrema limpidez no puede haber peces, y el hombre extremadamente exigente no puede tener compañeros.

-       Con zapato muy justo, nadie anda a su gusto. 

-       El que quiera mula sin tacha, ándese a pie. 

Tal pareciera que no toma para nada en consideración las múltiples ocasiones en que él mismo ha cometido faltas y ha necesitado ser perdonado.

-       ¿Quién no ha necesitado del perdón de otros?

-       Perdonemos ofensas, así como infinidad de veces hemos recibido el perdón de otros.(50)

El aislamiento y retraimiento social que produce el rencor, conduce a una disminución importante de las posibilidades de recibir ayuda de otros que perfectamente podrían dársela.

-       Quien levanta un muro termina prisionero del muro que levantó.

CONSIDERACIONES FINALES

Todo ser humano ha recibido ofensas, y el rencor, que es un enojo persistente con deseos de venganza, puede surgir como respuesta. El rencor causa tensión constante, deteriorando la salud y debilitando el organismo, acortando así la vida. En lugar de dañar al ofensor, el rencoroso se perjudica a sí mismo, afectando sus relaciones y aislándose socialmente. Su expresión facial tensa aleja a los demás y su malestar constante reduce su capacidad para amar y ser feliz. El rencor lo ancla al pasado, impidiéndole avanzar hacia el futuro y disfrutar de la vida. Además, mientras el rencoroso sufre, el ofensor puede estar disfrutando. Esta amargura constante lleva a una infelicidad profunda. El rencoroso exige una perfección en los demás que él mismo no posee, lo que lo aísla aún más. No considera sus propias faltas ni las veces que ha necesitado ser perdonado. Este aislamiento disminuye sus posibilidades de recibir ayuda, convirtiéndolo en prisionero de su propio rencor.

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