Celos I


 La pareja no es una propiedad.

El amor romántico por lo general se acompaña de cierto grado de temor a perder esa relación.

-       Amor sin celos, no lo dan los cielos. 

-       Amor y celos, hermanos gemelos.

Y un poco de reclamos hace sentirse querido y especial por lo que los celos en su lugar, momento y medida sazona la relación. Pero estos pueden ser patológicos y hacer que la otra persona se sienta asfixiada.

-       Quien con celoso(a) casó, en vida el purgatorio pasó.

-       Los celos como la sal, un poco mejora el sabor y mucho llega a hacer daño.

Esto ocurre cuando se tienen en un grado demasiado elevado, acompañados de una gran inseguridad en la capacidad para retener afectivamente a la otra persona; desconfianza, la mayoría de las veces injustificada, en esta y en otros, y temor a ser abandonado y burlado. Lo anterior hace que se interprete cualquier acontecimiento ordinario de la vida de la pareja como indicio de que esta tiene interés o relaciones románticas con otras personas.

-       Hay quien ve humo donde no hay candela.

-       Conyugue que tiene celos, encuentra en la cama pelos.

-       Hombre celoso, hace de una pulga un oso.

-       Lo que la locura dicta, los celos lo creen.

De aquí se derivan un conjunto de acciones dentro de las que pueden mencionarse: Búsquedas en las prendas de vestir y en las redes sociales, así como interrogatorios interminables orientados a encontrar intenciones eróticas o infidelidades de la pareja.

-       Lo que no quieras escuchar no lo preguntes.

-       No busques lo que no quieras encontrar.

Evitar que esta tenga contacto con posibles competidores sexuales a través de un chequeo constante de sus actividades y horarios, de inducir a que se deshaga de amistades e incluso de vínculos familiares, y en casos extremos dejándola encerrada.

-       Tapar los ojos no garantiza fidelidad.

Tener sexo con otras personas a manera de desquite anticipado ante posibles infidelidades.

-       Cuanto se hace por despecho, mal hecho.

Y violencia verbal o física que puede llegar a tener consecuencias fatales.

-       La violencia en la pareja es como el gusano en los vegetales.

-       Ira, miedo y celos fieros son muy malos consejeros.

CONSIDERACIONES FINALES

El amor romántico a menudo se acompaña del temor a perder la relación, y un cierto grado de celos puede hacer que uno se sienta querido y especial. Sin embargo, los celos pueden volverse patológicos y asfixiar a la otra persona. Esto sucede cuando este sentimiento es excesivo y se acompaña de una gran inseguridad, desconfianza injustificada y temor al abandono, lo que lleva a interpretar cualquier acto cotidiano de la pareja como indicio de interés romántico por otra persona.

Estas inseguridades pueden desencadenar comportamientos dañinos como revisar prendas de vestir y redes sociales, hacer interrogatorios interminables, controlar las actividades y horarios de la pareja, inducir a que se deshaga de amistades y vínculos familiares, e incluso mantenerla encerrada. Además, algunos pueden recurrir a ser infiel como desquite anticipado ante posibles infidelidades del otro, o a la violencia verbal o física, con consecuencias potencialmente fatales. Por eso, es crucial reconocer que la pareja no es una propiedad y manejar los celos de manera saludable.


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