Tolerancia
- No se nace tolerante o intolerante, sino que se aprende.
Como actitudes
inadecuadas ante estas diferencias se encuentran el verlas como errores que hay
que eliminar o castigar.
-
Para el intolerante la diferencia es un error, el error es un mal,
y el mal hay que extirparlo.
- El intolerante pretende reproducirse al infinito modelando el resto de la humanidad a su imagen y semejanza.
Pero este
rechazo no es genético, sino que tiene su origen en la ignorancia del otro, en
la idea de que se es portador de la única perspectiva válida de la realidad y
por lo tanto de una “verdad absoluta”; y en un temor a que esta sea afectada
por las diferencias ajenas.
- El intolerante no dice: "no comparto su opinión", sino: "usted está completamente equivocado".
Todo
lo anterior lleva en muchos casos a la justificación de los medios que se
utilizan para evitar o castigar las diferencias de otros.
- El intolerante piensa que su “verdad absoluta” le da derecho a pisotear los derechos más elementales del otro.
Otra actitud improductiva
es el permitir expresiones de diferencias que violan derechos propios o de
otros.
- Quien acepta que violen sus derechos no es tolerante sino pasivo.
Y esto es
extensivo a aceptar el “derecho” que muchos reclaman de que se les tolere
actuar intolerantemente.
- Es un sinsentido pretender que se defiende la tolerancia tolerando a un intolerante.
Como
propuestas de actitudes saludables pueden mencionarse el respeto a la
diversidad, lo cual es la base de la paz y del buen entendimiento entre las
personas.
-
El propósito de la tolerancia es la coexistencia pacífica.
-
Sin tolerancia la convivencia es un castigo.
- Para que exista paz la tolerancia tiene que ser practicada por todos.
Siempre que
las expresiones de las diferencias ajenas no violen derechos propios, y que la
defensa de estos últimos se haga respetando derechos ajenos para no convertirse
uno mismo en transgresor por intolerante.
-
Las faltas ajenas no justifican las propias.
-
Es un sinsentido, en nombre de la tolerancia, ser intolerante con
los intolerantes.
- Evitemos luchar contra la intolerancia para después instaurar otra forma de ella.
CONSIDERACIONES FINALES
La
tolerancia es un aprendizaje esencial y necesario, pues desde que nacemos nos
enfrentamos a diversas formas de pensar, sentir y actuar. Este aprendizaje no
es innato, sino que se adquiere con el tiempo y es fundamental para convivir
con la diversidad. Actitudes inadecuadas, como ver las diferencias como errores
a eliminar, provienen de la ignorancia y del temor a que estas diferencias
desafíen una perspectiva considerada como la única válida, lo que puede llevar
a justificar medidas extremas para evitar o castigar las diferencias.
Fomentar el
respeto a la diversidad es crucial, ya que es la base de la paz y el buen
entendimiento entre las personas. Aceptar las diferencias ajenas sin violar los
derechos propios, y defender estos respetando los ajenos, es vital para no
convertirse uno mismo en transgresor.
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Tolerancia. Por Dr. Arturo José Sánchez Hernández
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